Aunque se puede confundir el miedo con la ansiedad,
se tratan de
emociones distintas.
La primera se define como una respuesta emotiva y fisiológica a una
amenaza externa real, mientras que la ansiedad es un estado cuyas fuentes son
irreales. Ambos fenómenos conducen a la fatiga o agotamiento.
Todo ser humano en algún momento de su vida ha experimentado ansiedad,
es una emoción que no tiene fronteras. Si este padecimiento se prolonga por más
de un mes, es suficiente para alterar significativamente el rendimiento de la
persona en las diversas áreas de su vida.
En la vida cotidiana se puede experimentar la ansiedad normal, pero ya
es patológica cuando intervienen varios factores, como el tiempo que se sufre,
la intensidad de la misma, la incomodidad de una situación, entre otras.
Lo más importante es que existen tratamientos contra la ansiedad
1. Con medicamentos que regulan la alteración en el funcionamiento de
tres circuitos de transmisión neuronal que involucra ciertas moléculas que son
sintetizadas en el cerebro y permiten funciones tan diversas como, la
modulación de la actividad cerebral, memoria, manifestación y expresión
emocional, entre otras.
2. Terapias no
farmacológicas. Para explicarle al paciente el tipo de trastorno que padece y
sus consecuencias, así como de guiar en los primeros pasos para el control de
sus síntomas, pude incluir psicoterapia; terapia cognitivo conductual,
intervención social, ya que se trabaja con la familia. Otras técnicas
complementarias son las técnicas de relajación como puede ser la meditación, el
ejercicio aeróbico que disminuye el estrés, la higiene del sueño, relajación
muscular progresiva
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