Las mujeres fumadoras que utilizan píldoras anticonceptivas con estrógenos tienen un riesgo 20 veces mayor de desarrollar enfermedad vascular coronaria. La cantidad de cigarrillos y la edad, dos factores que aumentan el peligro. Recomendaciones para las que no logran dejar el vicio.
A pesar de que fuman más hombres que mujeres (éstas representan un 20% de quienes consumen tabaco), existe evidencia de que crece la epidemia en niñas y jóvenes. Una muerte cada seis segundos, 5 millones al año y 600 mil a causa de los efectos del humo de segunda mano (o fumadores pasivos): éste es el impacto de la mortalidad atribuida al cigarrillo en el mundo. De todas las víctimas fatales, 1,5 millones son mujeres .
Adicional a todas las enfermedades atribuibles al cigarrillo, las mujeres que fuman enfrentan más limitaciones a la hora de elegir un método anticonceptivo. Las mujeres que usan la píldora anticonceptiva combinada y fuman, tienen un riesgo 20 veces mayor de desarrollar enfermedad vascular coronaria.
Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de sufrir efectos secundarios graves a causa de los anticonceptivos orales, como ataques cardíacos, coágulos de sangre (trombosis) y accidentes cerebrovasculares. Este riesgo es más alto para las mujeres de más de 35 años y aquellas que fuman mucho (15 o más cigarrillos al día); si toman anticonceptivos orales, no deben fumar.
“El mayor riesgo en las mujeres fumadoras es el fenómeno tromboembólico, principalmente en las mujeres mayores de 35 años y aunque se considera fumadora a aquella que fuma, ya sea poco o mucho, los factores de riesgo no son iguales entre la que fuma dos cigarrillos a la que fuma un atado por día”, confirmó el doctor Felipe Jofré, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital B. Rivadavia.
Los primeros anticonceptivos orales combinados tenían niveles elevados de etinilestradiol (estrógeno), lo que predisponía a las usuarias a trombosis tanto venosa como arterial. Es por ello, que con el paso de los años el contenido de etinilestradiol fue disminuyéndose continuamente.
Sin embargo, no todas las mujeres pueden utilizar un anticonceptivo que contenga estrógenos. Por tal motivo, se desarrollaron anticonceptivos con progestágeno solo que ofrecen una alternativa segura, libre de los efectos adversos asociados con la exposición a los estrógenos. Las formulaciones disponibles incluyen a los comprimidos con progestágeno solo, los llamados “POPs” por las siglas en inglés Progesteron-only Pills.
Las píldoras libres de estrógeno son igual de efectivas que las píldoras combinadas. Si bien ambas ofrecen un 99% de protección contra el embarazo, una píldora libre de estrógeno es una opción más segura para las mujeres que fuman. Por otra parte, las píldoras libres de estrógeno presentan menores efectos adversos (entre ellos menos dolores de cabeza, menos náuseas y menor dolor en las mamas).
“La anticoncepción más segura para aquellas mujeres que fuman es usar anticonceptivos sin estrógenos, aquellos que tienen gestágenos únicamente como el desogestrel, que además de modificar el moco cervical inhibe la ovulación. Para hacer el cambio de método anticonceptivo, si bien la Organización Mundial de la Salud no establece requerimientos previos ya que considera a la anticoncepción una consulta de urgencia, es de buena práctica, evaluar clínicamente a la paciente y eventualmente solicitar algunos estudios complementarios”, destacó Jofré.
Según indican las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los anticonceptivos que sólo contienen progestágeno pueden ser utilizados en las mujeres que sean fumadoras.
Fuente: Noticias Latinoamérica
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario