"Denme salud y un día", escribió el filósofo y poeta Emerson. La sabiduría popular considera que la salud es un tesoro, de los más preciados, e instintivamente todos buscamos el estar y mantenernos sanos (aunque no siempre esto se traduce en la manera adecuada de buscarla). Pero ¿qué es la salud? ¿por qué es tan importante?, bueno, podemos comenzar con las definiciones más clásicas, considerando los elementos que nos brinda lo descrito por la Organización Mundial de la Salud, en el sentido que esta consiste en un estado de bienestar a nivel físico, mental y social, o sea no solamente la ausencia de una enfermedad en el sentido convencional de la palabra.
En un sentido más técnico, también se puede definir como la medida de eficiencia a nivel metabólico (un concepto a su vez algo complejo, que involucra los procesos a nivel químico y físico que ocurren en los organismos) y funcional en los seres vivos. En este sentido se puede decir que la salud es un recurso, que nos permite literalmente vivir y disfrutar de la vida, cumpliendo todas nuestras funciones en ella a plena capacidad. Se podría decir que la definición más técnica de la salud no involucra el bienestar mental, pero es conocido que esta eficiencia de la que se habla se ve degradada en los seres humanos cuando no estamos bien en el plano mental, por lo que estaría también implícita esta dimensión interior.
La vida actual puede ser un verdadero desafío al momento de compatibilizarla con la salud, pues la competitividad y los factores de estrés que involucra el diario quehacer en las grandes ciudades, puede afectar significativamente ese estado de bienestar que buscamos; al respecto se han estudiado los efectos de diferentes contextos y ambientes en la salud de las personas, y por ello es que hablamos de estilos de vida "saludables" y aquellos que no lo son. Son muchos los factores que inciden sobre la salud general de la población, desde las condiciones sociales, el estilo de vida, los incentivos a la actividad física, etc... Elementos que hace un tiempo eran descartados por ser subjetivos, como la competitividad excesiva, la indolencia, el egoismo y la agresividad y el egoísmo, se ha demostrado nos lleva a un estilo de vida alejado de todos los principios necesarios para una salud verdaderamente integral, cosa que las grandes tradiciones religiosas y contemplativas de la humanidad observaron de manera práctica desde hace cientos de años.
La salud a nivel físico es fácilmente reconocible, pero no tanto la salud a nivel mental (a parte de los males más comunes que afecta a la sociedad actual, como el estrés y la depresión, que pueden ocasionar desde efectos muy leves, hasta en casos que mal tratados incluso la muerte). No existe tampoco una definición universal de la misma, pero hay elementos reconocidos como un estado de bienestar interior, es decir psicológico y emocional, tal que nos permite enfrentar los desafíos de la vida empleando de manera eficiente nuestros recursos interiores (al nivel que mencionamos, es decir aquellos que pertenecen al ámbito psicológico y de las emociones). Al respecto, se considera de gran importancia para mantener la salud mental el darnos tiempo para estar tranquilos, y poder disfrutar junto a nuestros seres queridos, así como el realizar esos hobbies o actividades que nos gustan, compatibilizando aquello con las obligaciones. Existen incluso técnicas a nivel psicológico que han demostrado mejorar nuestra respuesta y resistencia al estrés, además mejorando nuestras capacidades cognitivas, como la meditación en todas sus formas reconocidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario