Páginas

viernes, 12 de agosto de 2011

CARDIOLOGÍA PREVENTIVA Qué se ha conseguido y qué nos depara

Por: I. J. Ferreira Montero
Parte I
Ninguna época como la que nos ha tocado vivir en el último cuarto de siglo ha conocido un progreso científico y técnico semejante. Los avances que caracterizaron al Renacimiento en los siglos XV y XVI o los más recientes de la era industrial, desde las postrimerías del siglo XVIII hasta bien entrado el actual, no tienen parangón posible con lo sucedido en los últimos años. Este progreso comprende la mayoría de las ciencias creadas por el hombre a lo largo de la historia, e incluye otras que, como la informática o la tecnología aeroespacial, son de reciente aparición, aunque sus bases estuvieran ya previamente establecidas.

La medicina, en su sentido más amplio, no podía ser una excepción, y hemos asistido a su expansión hasta límites insospechados, que apenas pudieron entreverse al reanudarse con plenitud las investigaciones biomédicas, después del paréntesis impuesto por la última conflagración universal.

La cardiología es una especialidad con personalidad propia dentro del conjunto de la medicina interna, reconocida como tal desde la cuarta y quinta décadas del presente siglo y cuya existencia se fundamentó en motivos epidemiológicos, en el advenimiento de procedimientos especializados de diagnóstico y tratamiento, así como en   CARDIOLOGÍA PREVENTIVA: qué se ha conseguido y qué nos depara la necesidad de un largo proceso de formación específica para los médicos que deseaban conocer y ejercer esta especialidad. La cardiología se ha desarrollado de una forma espectacular en
este período de tiempo, de forma que los conocimientos que requería un cardiólogo en formación en la década de los 60, apenas serían una cuarta parte de los que en la década de los 90 se ve obligado a adquirir, fundamentalmente debido al progreso tecnológico.

Por otro lado, se ha producido un impresionante cambio en la epidemiología cardiovascular, con incremento progresivo en la prevalencia de las afecciones cardiovasculares en general, particularmente en los países desarrollados, pero no exclusivamente en ellos (1). Son dignas de mención las modificaciones epidemiológicas de índole cualitativa, que podemos ejemplificar en la eclosión de la cardiopatía isqué- mica y el paralelo descenso de la cardiopatía reumática. Todas estas variaciones del panorama epidemiológico han ido motivando las correspondientes adaptaciones en el quehacer clínico: diagnóstico, preventivo y terapéutico. Durante los años que siguieron a la segunda Guerra Mundial, la mejoría de las condiciones económicas de los países occidentales, junto al tratamiento antibiótico adecuado de las faringa-migdalitis significaron la erradicación progresiva de la cardiopatía reumática en estos países.

No hay comentarios:

Publicar un comentario